miércoles, 14 de diciembre de 2016

Virginia Jimenez Bautista



Hoy Virginia se baja de su intrépida SheWolf para contarnos su historia sobre dos ruedas.

´Mis comienzos fueron tardíos aunque ya apuntaba miras desde pequeña. Coleccionaba coches de juguete y me moría porque mis tíos me dejaran un quad con batería que tenían. Nunca me creí capaz de hacer nada similar pero en julio del 2009 decidí sacarme el carnet. Nunca había tocado una moto y sólo antes del examen mi hermano me prestó su honda de 49cc para saber qué se sentía. Un coche casi me lleva por delante en una rotonda por lo que me caí, asi que mi primera vez no fue bien y las prácticas en terreno con gravilla derrapando emm jaja, ahora sé que me vino bien  ;)
Un amigo me dijo: ´quiero que pruebes una moto', y probé la Kawasaki ER6n y lo siguiente fue comprármela. En agosto ya tenía la moto. De 0 a 650. Los dos primeros años fueron horribles entre la limitación y las ruedas malísimas que llevaba de serie, que me hacían derrapar en todas las rotondas, pero una vez quitada la limitación la moto cambió y los neumáticos nuevos agarraban, y fue la locura. Me cogí la N-634, me la aprendí de memoria y empecé realmente a probar lo que daba la moto, a sentir la rueda trasera, a usar el motor como freno y a darle gas. En una ocasión dos chicos venían siguiéndome desde Mutriku, uno de esos días en los que todo cuadra, asfalto limpio y seco, temperatura adecuada, conexión completa con la moto…. Te puedes imaginar, y cuando paré en un semáforo en Zumaia me dijeron: “se te ha quedado pequeña”. Fue un subidón.'



Desde ya que con estos comienzos, la moto significa mucho y su particular respuesta a ¿qué te da la moto?  creo que es compartida todas:


 
´La moto soy yo. Solo me siento yo misma de verdad, en toda mi plenitud, sin cohibiciones, sin necesidad alguna que no sea la gasolina cuando estoy encima de la moto. Me siento fuerte, capaz de cualquier cosa, con ganas de superar cualquier límite que la vida me ponga. Somos ella y yo y la carretera y lo digo así porque la sensación que tengo es que mi sensibilidad a todo aumenta por mil cuando estoy encima y soy capaz de notar cada cosa que pasa por debajo de las ruedas. Pienso con mayor claridad cuando la llevo y me sirve para reencontrarme conmigo misma, es una relación casi simbiótica. Por eso a esta la he llamado SheWolf (loba), porque con ella siento que me puedo comer el mundo, un mundo en el que generalmente la oveja había sido yo.'




Todas vamos acumulando un sin fin de experiencias que poco a poco van dibujando nuestra estela en este mundo del equilibrio, y lo increíble es que cualquier momento puede ser el principio de una gran aventura. Así es la experiencia que marcó a la jinete de SheWolf:


`Como no tenía con quien salir con la Kawa, me fui a una concentración para la recogida de alimentos en Gipuzkoa y allí conocí un club de motos custom, el VOCS Gipuzkoa, con cuatro locos que exprimían sus motos de tal manera que podía disfrutar de lo lindo con ellos. Ellos me enseñaron a viajar con la moto, a hacer rutas, a animarme a conocer carreteras sin miedo. Con ellos pasé los mejores momentos encima de la moto hasta entonces y con ellos conocí lo que es un club de motos, que, en mi caso, se convirtió en mi familia ya que, hasta ellos, no había sentido que pertenecía a algo ni me había sentido integrada en ningún sitio. He vivido en tantos sitios y he cambiado tantas veces de casa que no me he sentido nunca de ningún lugar. A día de hoy no los tengo a mi lado por circunstancias de la vida, pero todo llegará de nuevo. Tengo mi moto y mi pareja con quien comparto afición y están resultando maravillosas todas y cada una de las salidas que hacemos juntos, nos hemos amoldado genial en carretera y con él iría al fin del mundo.  Nuevas experiencias y nuevas personas, gente como vosotras, que sois fantásticas, moteras de verdad.


La pregunta del millón ¿por qué una GS?

´Pues es muy sencillo, no hay otra mejor. Cuando la r6n se me quedó pequeña pensé en cogerme una Z800 pero ya que me gusta viajar no quería perder en comodidad por lo tanto no lo veía factible y mi chico, que para aquel entonces solo éramos amigos me dijo `antes de nada prueba mi moto y hablamos.' Me monté y en 40km ya lo había decidido. Me venía como un guante: ágil y bastante deportiva, vi que no iba a perder ni una pizca de disfrute en carretera y además la palabra “pistear” estaba entrando en mi vocabulario. Fui al concesionario y zas… sin comerlo ni beberlo me vi subida en semejante moto, acojonada por la altura diciendo “que Dios nos pille confesaos, allá que vamos”. En 5 meses 10.000km y sintiendo esa simbiosis. Se convirtió en SheWolf uno de los días más duros de mi vida y sacó a la loba que hay en mi.






A veces las creencias populares dicen que es más fácil ser mujer montera, todos te ayuda. Otras voces juran que no es fácil abrirse camino en este mudo antiguamente masculino, que hoy se llena de glamour y tacones. Virginia tiene muy clara su posición.

'No creo que existan ventajas o desventajas por ser una mujer con una GS. Los límites se los pone uno mismo. Existen varios modelos de GS, con diferentes alturas para escoger dependiendo de la altura de cada persona. De hecho, quién me iba a decir a mÍ que haría mejor pie con la 1200 que con la 800, flipé en Formigal. Ahora bien… a parte de las dificultades físicas de cualquier persona a la hora de escoger moto, no le veo ninguna asociada única y exclusivamente a ser mujer. Cualquier persona es capaz de superar sus límites y sus barreras, solo tiene que proponérselo. A parte de eso, siempre te tropiezas con algún neandertal hombre o mujer (como la señora del coche rojo de Segovia) que piensa que las motos están desperdiciadas en manos de una mujer, pero son los que menos. A esos hay que responderles en la carretera, dándoles esquinazo en la primera curva.'



Lo más emocionante de montar en moto son los objetivos que nos vamos planteando. Comenzamos a disfrutar desde el mismo momento que se cruza la idea en nuestras cabezas,  y seguimos al planificarlo, vivirlo, compartirlo y recordarlo. Por el norte hay una motera que tiene muchos:

'El que tiene mayor probabilidad de hacerse realidad es hacer Argentina, y dependiendo de un detallito, en un par de años quizá se pueda. Y la Ruta 66 siempre ha sido mi sueño. Mientras tanto, tenemos Europa aquí al lado y me muero de ganas de hacer Alpes e Italia. Ya estamos preparando la ruta, faltan confirmar fechas y en Junio a la isla de Le Man, pero como todo, es cuestión de tiempo en el trabajo, hay que cuadrar.

¿Qué más os quiero contar?




Pues que estoy preparando la She Wolf Race, una ruta por equipos dirigidos por mujeres pero en la que también podrán participar hombres, por supuesto, y en la que habrá muchos kilómetros, muchas curvas, carreteras recónditas de Gipuzkoa y Navarra, pruebas divertidas y en las que habrá que mojarse y para quien quiera habrá algún tramo, no muy complicado, de off. La ruta ya casi está, ahora toca ir hablando con los locales. Espero que os animéis.